lunes, 21 de noviembre de 2011

Josefina, la monja asesina de Diamante





Por Adriana Pacheco
De la Redacción de UNO
apacheco@unoentrerios.com.ar

Art. 1º: Será reprimido con prisión de 15 días a un año el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales.
Ley Nacional 14.346 de Protección Animal,sancionada en el Congreso nacional el 27 de setiembre de 1954, incluida en el Código Penal.

Corría 1986 y éramos inocentes estudiantes del 2º año del Colegio Santa María de Diamante. La profesora de Biología,hermana Josefina nos aterrorizaba con su acento alemán en las clases. Un día dividió al curso en grupos de a siete para trabajar el próximo tema: la disección. Para esto nos exigió llevar recién “sacrificado” un animal por grupo: Grupo A un conejo, Grupo B (el mío)un gato, Grupo C un sapo, Grupo D una paloma,y así sucesivamente. Con mis compañeros nos desesperamos ¿de dónde sacaríamos un gato,cómo lo mataríamos? ¡Teníamos 14 años! La tarde anterior a tan temida clase alguien consiguió un hermoso gatito, blanco y negro, de unos 5 meses, sin dueño. Sólo había que matarlo,tarea que rechazaron nuestros padres casa por casa. A la tardecita recurrimos al veterinario del pueblo quien nos explicó que era delito asesinar un animal sano, joven, y nos escribió una esquela para la Hermana Josefina.
Fuimos al colegio a llevársela después de deambular toda la tarde con el simpático animal dentro de nuestras camperas, y sólo pensar en asesinarlo nos estrujaba el corazón. La monja nos recibió con cara de pocos amigos, leyó y descartó la nota del veterinario y dijo “pasen al jardín”, donde había una fuente decorativa, de un metro de alto.
Impunemente metió al gatito en una bolsa de arpillera, y ante nuestros rostros de espanto,hizo un nudo y lo hundió en la fuente… lo ahogó ayudándose con un palo, porque el
desesperado animal intentaba sacar la cabeza fuera del agua. 



Foto de la Hermana Josefina, tomada el 6 de diciembre de 2011.


Todavía hoy no puedo entender la pasividad de nuestros padres ante tal acto de sadismo,ejecutado por una docente, ¡y encima monja!
Sobre los derechos de los animales,no corre el “tiempo pasado fue mejor”. Hoy por hoy, veinticinco años después de la anécdota del gato, una docente que cometa crueldad hacia cualquier ser sería escrachada, separada del cargo, señalada en los medios.
En los últimos años hubo condenas firmes para asesinos de mascotas. La presión de grupos proteccionistas y su silenciosa labor han ido mejorando leyes, cerrando perreras y
cámaras de gas, castrando miles de animales para que no nazcan mascotas que no conseguirán hogar.
Y si bien algunas personas han dejado su salud y fortuna en el esfuerzo (en Paraná, Lucrecia Mors y Graciela Bonazzola son ejemplos conocidos),cada año más gente trabaja en castraciones,legislación y educación sobre los deberes y obligaciones de los dueños, y difundiendo el respeto hacia la vida de todos los seres vivos,aunque sea la de un pobre gatito abandonado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario