Como en un cuento de hadas
en una casita con árboles verdes vivía,
rodeado de verdes campos y cardales florecidos.
Mi reino era enorme,
para mí sin límites,
jugaba con mis amigos que por doquier tenía,
mi amo
era un viejito al que yo tanto quería,
porque jugosos huesos todos los días
me traía,
pero cuando él se iba, yo a vagar por mi mundo salía.
Tenía
tantos amigos como mi amo tenía,
con Paván juntos vivía, pero salir conmigo
no quería.
Yo era un desastre, todas las bolsas de basura traía
y las
desparramaba jugando con las botellas vacías.
En casa un niño había,
Marquito le decían
yo jugaba con él, y él me quería.
En mis campos otros
amigos tenía,
la Marqui, la Duca, la Cleo y el Jano.
Pero con Jano no
jugaba, furioso se ponía.
Y la Duca no me gustaba
porque el almuerzo me
comía.
Mi amo tres platos servía, pero el más grande era el mío,
también
subir y bajar la escalera sabía,
y después de bañado con la manguera, me
sacudía.
¡ah! mis amigos...ladrábamos
cuando algún carro por la calle
venía.
Con tanta bondad, tanta generosidad yo en mi reino feliz vivía
pero que había chicos malos, no sabía
Un atardecer, cuando la noche
estrellas brillantes traía
un monstruo me apuntó con el arma
¡No me
tirés grité! ¡qué mail hice yo
para merecer tremendo castigo?
Por favor,
no me mates!...Ensangrentado rodé por el suelo,
no podía creer que del mundo
me iba,
llorando pensé en mi amo,
¡qué dirá cuando encuentre mi casita
vacía!
¡qué será de mis amigos, Pavan, Marquito!
¡no me llores pá, la
culpa fue mía!
Esperame! Yo, tu Príncipe
como cachorro, volveré algún
día!
Atilio Valentinuz
El Príncipe era un cachorro raza ovejero,
negro, de un año, que fue asesinado de un tiro de escopeta el 2 de abril. Su
dueño lo encontró muerto en un monte cerca de su casa, en barrio Las Rosas de
Paraná. Se desconoce el autor del asesinato. Su dueño aún lo extraña.
No puedo entender a la gente que mata animales por placer u odio. Menos a las mascotas. Como obviamente no va a tener justicia humana, que El de arriba lo tenga en cuenta.
ResponderEliminar