Esta es una historia para ser leída por los nietos que tendré. Pero si ello se
demora, la podrán leer los nietos del cariños: los hijos de mis amigas Juli, y
Adriana, … Aunque también les escribo a quienes serán de ahora en adelante los
padres adoptivos.
Kimi fue buscada cuando aun teníamos el dolor de haber
perdido a Quara, ambas de raza Akita Inu. Se la adquirimos a un matromonio de
japoneses con los que habíamos contactado por internet, en una zona de quintas,
cercano al oeste de Capital Federal. Sus padres eran diferentes a los que
conocíamos, eran medios lanudos, medios desgreñados. De regreso a Paraná, casi
llegando a Cañada, Kimi ya me había comprado el corazón.Y cuando llegamos a
Paraná ya la amaba profundamente. Tenía 90 días.
Yo no quería que ella
tuviera cachorros, pues habíamos tenido situaciones complicadas con otras
hembras. Pero el Manu –nuestro Akita macho -, que no se había notificado de mi
mandato, hizo lo que yo no quería que hiciera, pero nadie la vio, nadie los vio
…..- Kimi marchó a la casa de mu hijo hasta que se le pase el celo, ya que
sangraba, y Kimi engordaba, pero nadie sospechó, todos pensabamos que le faltaba
actividad física en la casa de Facu.
Kimi vuelve a casa cuando creímos
superado el celo, y un jueves Kimi pareció indigestada, molesta …., 02 AM,
recién acostados , le pedí a mi marido “Artur , por favor sacala a Kimi que esta
molesta , debe estar empachada” , Kimi , jadeaba, pero yo quería dormir …
No
pasaron ni dos horas, Artur me despertó sobresaltada: Kimi le venía a traer su
primer cachorro, - una hembra –, ya me tuve que olvidar del sueño, y comenzar mi
trabajo de asistenta “tocoginecóloga” perruna.
En la madrugada del 22 de
junio del año dos mil doce, vinieron al mundo cinco cachorros, fue la noche mas
fría del año, pero la mas bonita que vivimos con Arturo, teníamos los nervios
del parto, pero a su vez nos sentíamos felices. Fue un parto hermoso. Ella había
armado un colchoncito de hojas de la Ampelopsis –que trepa por la pérgola y lado
sur de la casa - y que ya todas habían caído, por el invierno avanzado.
A
las 6.30 horas, Kimi parecía que había concluido, los cachorritos estaban todos
en una caja, Arturo los había limpiado uno por uno, y de vez en cuando yo me los
ponía en el pecho. Entonces quisimos ponerle a mamar los perritos y Kimi se
resistía. El 22 de junio fue hermoso pero agotador, como agotadores han sido los
sucesivos días hasta llegar al numero 55. Pero el agotamiento, no resta la
felicidad que me han dado. Los asistió la Dra. Alejandra Villarroel, que nos
pareció muy humana y solidaria, siempre en relación a mi tarea de asistir
animales desvalidos- esas dos oportunidades anteriores, habían sido por gatos.
Ale es delgadita, tendrá unos 40 años largo, rubia y con unos moditos muy
lindos, muy linda por dentro, también es bonita. Pero lo que la caracteriza es
la suavidad en el trato, la dulcura que pone cuando escucha los síntomas que uno
trata de verbalizarle o la consulta urgente e ignorante que uno tiene desde el
desconocimiento.
Ahora les diré algo mas de como transcurren mis días con
los cachorritos de Kimi, ellos son muy tempraneros , parecen hijos de empleados
públicos, a las 5 de la mañana ya quieren salir del estudio – lugar que utilizo
como dormitorio de ellos - , así que Artur a esa hora se ocupa de ellos, y si yo
ando con ganas también me levanto sino me hago la dormida.
A las 8 cuando ya
está claro los saco al parque y juegan, por supuesto que he ido adquiriendo
cancha, pero estoy constantemente contando uno, dos , tres, cuatro , cinco , y
nuevamente uno , dos, tres , cuatro, cinco……
Una mañana me descuidé, y
cuando caigo en la cuenta había un cachorro en cada punto cardinal de la
piscina. Casi me muero, lancé un grito desgarrador y Kimi , que si bien estaba
atenta, no podía reaccionar. Como pudo los recogí a todos y los mandé a su
dormitorio. Se me pasan los días, y voy dejando trámites de lado por ellos,
reniego, pero también los disfruto y mucho.
Las tres que parten, van a
diferentes lugares, a diferentes familias – conformadas con personas de
ocupaciones variadas y edades distintas. Hubo noches que me despertaba
pensando si a quien se las entregaba serían las personas adecuadas, no porque
considerara que no le tendrían cariño, sino porque muchas veces nuestras
ocupaciones impiden darle el cuidado y cariño que necesitan. Cosa que a mí
también me ha ocurrido, cuando estoy inmersa en una actividad frenética de hacer
todo lo que hago.
Por ellas, - por las cachorritas de Kimi - he escrito
estas líneas que se las entregaré junto con el certificado de vacunación de cada
una de ellas
Por último, y para finalizar, Los Akita Inu , son una raza my
noble, ellos siempre quieren estar cerca de su dueño, no importa si el espacio
es grande o chico quieren estar con gente.
Mónica Isolda, Paraná 16 de
agosto del 2012